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Apuntes en el cuaderno de la derrota (fragmentos)


NIZAR KABBANI 


Amigos:
Les doy el pésame por la vieja lengua,
por los viejos libros.
Les doy el pésame…
por nuestras palabras agujereadas
como zapatos viejos;
por los términos sucios, el insulto
y la sátira.
Les doy mi más sincero pésame.
Por el fin de la idea que llevó a la derrota.


¡Oh, mi triste país!
En un instante sólo me has mudado
de poeta del amor y la nostalgia
en poeta del puñal.


No es raro que perdiéramos la guerra…
Porque entramos en ella
con la innata retórica que posee el oriental,
con ese “quijotismo” que no mata una mosca.
Porque entramos en ella
con la lógica del rabel y del tambor.


El quid de nuestro drama
estriba en que gritamos
más de lo que permiten nuestras voces;
en que nuestras espadas
miden más que nosotros.

Y la improvisación nos ha costado
otras cincuenta mil tiendas de campaña.


Cinco mil años, ya,
y aún seguimos dentro de la cueva.
¡Lávense las ideas, y las ropas!
¡Lean, amigos míos, un libro al menos!
¡Intenten escribirlo!
¡Siembren letras, amigos, viñas y granados!
¡Naveguen al país de la nieve y de la bruma!...


Ese nuestro petróleo
que brota en el desierto
pudo hacerse puñales llameantes de fuego.
Mas los nobles jerifes de Quraish,
los jeques de los árabes,
no sintieron vergüenza en que se fuera
en piernas de fulanas.


Si alguien me ofreciera garantías…
Si yo hubiera podido hablar con el sultán
le habría dicho: ¡Señor!,
Por haberme acercado a tus callados muros,
por haber intentado descubrirte
mi angustia y mi tristeza,
me dieron de patadas;
y hasta me hizo tu guardia
comerme buena parte del zapato.
¡Mi señor el Sultán!
Has perdido la guerra nuevamente
porque tienes sin lengua a medio pueblo,
¿Y de qué vale un pueblo que no habla? (…)
Has perdido la guerra nuevamente
por haberte apartado del problema del hombre.


Si no hubiéramos enterrado la unidad en el polvo.
Ni hubiéramos deshecho
su cuerpo de doncella con las lanzas;
si se hubiera quedado en las pestañas,
no habríamos sido pasto de los perros.


Queremos una nueva generación de rasgos diferentes.
Que no perdone errores, ni permita…
Que no se incline nunca,
ni sepa lo que es la hipocresía…
Una generación gigante de vanguardia.



¡Yo les invoco, a los niños!
Lluvia primaveral, espigas de esperanza.
¡Oh, semillas fecundas en nuestra vida estéril!
¡Generación que venza a la derrota!

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