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Las ridículas medidas contra las listas de espera

CARLOS GARCÍA 
Médico, Intersindical Canaria. 


Siguen sin entender nada. Nuestros políticos gobernantes y sus asesores en materia sanitaria, que los tienen, no se enteran de cómo estamos en referencia a la sanidad pública que prestamos a nuestros conciudadanos.

Y no se enteran porque no consultan ni se asesoran con los sanitarios que se dedican a tal menester, ni con los colegios profesionales, sociedades científicas o con los profesionales que día a día trabajamos en los centros sanitarios; porque su gestión es solo política, y así la deben vender en los foros que dominan, ya sean en el parlamento, en sus sesiones, sus debates, sus investiduras, sus estados de la nacionalidad y toda esa parafernalia que tienen a su alrededor y donde se aíslan de la cruda realidad social. Porque es otra la situación real de la sanidad que sufren los canarios.

Como medida novedosa para reducir las listas de espera prometen la contratación de 140 profesionales médicos para abrir los quirófanos por las tardes. Primero los cerraron hace año y medio prometiendo que tal medida no afectaría a las listas de espera, que se suplirían con la mayor productividad por las mañanas cuando los quirófanos están productivos en más del 75% de se ocupación, lo que se considera elevadamente productivos. Y tras aumentar muchísimo las listas de espera en este tiempo, ahora, como medida extraordinaria, los vuelven a abrir con nuevas contrataciones para trabajar por las tardes en otro “novedoso” plan de choque: el enésimo.

Estas nuevas contrataciones vendrán a cubrir, o eso supongo, a los casi 150 médicos que jubilarán forzosamente dentro tan solo de unos días. Jubilaciones que aplican a facultativos que tienen legalmente concedidos hasta los 70 años de edad sus tareas asistenciales, unos por el propio Servicio Canario de Salud y otros por sentencias judiciales. Y estos médicos, con más de 40 años de profesión, con cargos de jefaturas de servicio muchos de ellos, con gran experiencia, serán suplidos, en sus jornadas laborales de mañana de 37,5 horas semanales, por otros nuevos que tendrán turnos de tarde.

Por tanto, la maniobra es vestir a un santo desvistiendo a otro, ya que se resentirá la asistencia de jornadas de mañanas que es cuando funciona básicamente un hospital a su mayor rendimiento, que no cubrirán esas plazas en esos horarios por lo que, por lógica, disminuirá la atención y servicio sanitario a los pacientes que se encontrarán con menos facultativos para desarrollar su cometido.

Todo ello sin olvidar que económicamente será poco rentable tal cambio por las indemnizaciones que tendrán que hacer ante las reclamaciones jurídicas que les interpondrán al Gobierno de Canarias de todos estos trabajadores que ven lesionados sus derechos laborales, reconocidos y consolidados, que el propio gobierno conoce, ya que fue advertido por un estudio jurídico que sus asesores del Consejo Consultivo les hicieron conocer como contrario a derecho. Pero, en su línea habitual, no hacen mucho caso ni de sus propios asesores.

Esta propuesta de mejora de las listas de espera se trata, una vez más, de una concesión cara a la galería ya que no parece ser ningún tipo de solución a las mismas. En caso de nuevas contrataciones serán de médicos con menor experiencia clínica si las comparamos con los que jubilan. Además, ¿donde están los cirujanos, urólogos, traumatólogos, pediatras, analistas y otros más? Que se sepa no existen en el mercado laboral de Canarias médicos especializados para cubrir las 140 plazas, a menos que vengan de la península y cubran estas jubilaciones forzosas, lo que parece contraponerse a la estrategia del gobierno de incidencia en el número de trabajadores foráneos que llegan a las islas.

Si sumamos las futuras indemnizaciones a los médicos que jubilan con los nuevos sueldos a los que contraten y el resto de personal que desean poner a trabajar de tarde, las cuentas no salen. Será más caro que dejar trabajando a los que están, ya que finalmente los tienen que indemnizar, sacándoles la mayor rentabilidad posible y tampoco creo que alivien los elevados tiempos de espera en intervenciones y consultas diagnósticas.

Nuevamente una medida absurda y ridícula a aplicar en la sanidad pública tan maltratada por los responsables que nos gobiernan.


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