Portada | | Atentado ecológico en Tamaraceite: Cientos de miles de lagartos y alcaravanes muertos en una obra sin Estudio de Impacto Ambiental

Atentado ecológico en Tamaraceite: Cientos de miles de lagartos y alcaravanes muertos en una obra sin Estudio de Impacto Ambiental

DORAMAS CORREA 


Las ilegales obras del Plan Parcial Tamaraceite Sur fueron aprobadas por la anterior corporación del PSOE, para luego ser acogidas como agua de mayo por la tribu de ansiosos millonarios y nuevas ricas del Partido de Bárcenas y “El Bigotes”.

Este proyecto se plantea en una de las zonas con mayor riqueza etnográfica y cultural de nuestro pueblo de Tamaraceite, lugar donde históricamente han nidificado especies endémicas como los alcaravanes (Burhinus oedicnemus), que han visto su habitad arrasado, viéndose muchos aplastados por los tractores y perdidos sin rumbo por las calles de Tamaraceite, La Suerte, Ciudad del Campo, Piletas y hasta la comercial 7 Palmas.

Otra especie, de las muchas que se encuentran en esta zona, de un interés natural internacional es el Lagarto Canarión (Gallotia Stehlini), de los que en nuestro trabajo de campo, hemos encontrado y fotografiado más de 40.000 reventados y aplastados por las excavadoras y otras maquinarias, responsables de las obras de este nuevo pelotazo a costa de la riqueza cultural y ecológica de nuestra tierra. También se observan miles de crías muertas y huevos destrozados por la codicia de los que se harán millonarios directa o indirectamente con esta nueva aberración urbanística, en un territorio patrimonio de los habitantes de esta zona de Gran Canaria.

Ahora las multinacionales y los políticos del PP sobrecogidos, tratan asustados de paliar el desastre sacando, como si no pasara nada, graciosos reportajes periodísticos en medios de comunicación vinculados al sistema del sobre, donde con titulares tan vergonzosos como “El lagarto de Decathlon” y otros igual de patéticos y miserables, pretenden disfrazar, ocultar, tapar un atentado ecológico de proporciones dantescas, que ha terminado de golpe y porrazo con un ecosistema equilibrado, que llevaba en esta zona de Gran Canaria más de 300.000 años, mucho antes de llegar el ser humano a estas desafortunadas y saqueadas islas.

El destrozo está servido, las palas de los tractores y excavadoras entierran cómplices los cientos de miles de animales muertos, destrozados, destripados, sin que ningún miembro de la casta política (ni gobierno: PP, ni oposición: Nueva Canarias, PP, Compromiso, Coalición Canaria) mueva un solo dedo, solo le ríen “las gracias mortales” a los culpables de este holocausto natural, como si no pasara nada, como si los animales muertos o desarraigados de su entorno milenario no tuvieran ninguna importancia científica.

El analfabetismo funcional interesado de la casta política parece ser la tónica general en este y otros temas. Solo saben poner la mano para la ansiada prebenda. Nadie denuncia, nadie hace nada, ni siquiera Ben Magec-Ecologistas en Acción, pone un mínima denuncia, entretenidos en las subvenciones recibidas por el alcalde Cardona para los electorales y vergonzosos “Días de la Bicimierda”.

Ahora los pocos lagartos que han logrado rescatar desde el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, vagan solos en el Barranco de El Román, un entorno que no es el suyo, donde seguramente muchos, la mayoría morirán de hambre, hasta adaptarse con los años a un espacio donde abunda la caza ilegal con escopetas de aire comprimido, el pajareo furtivo y otras acciones en las que el SEPRONA, aún teniendo información directa, no actúa y depura responsabilidades con la contundencia necesaria, haciendo mutis por el foro ante un claro atentado al patrimonio natural en un espacio protegido.

Los constructores y los políticos están consiguiendo su objetivo monetario y de enriquecimiento personal, las especies animales asesinadas en su misma casa, donde vivieron cientos de miles de años.

La gente de buena voluntad de Tamaraceite contempla avergonzada y triste como acaban con una parte esencial de su identidad, de su memoria colectiva, de su amor por los animales, de su dignidad.

¡Viva el latrocinio y la codicia! Esa parece ser la consigna que los une a todos los culpables de este gravísimo atentado natural.

Todos, constructores y políticos lameculos duermen tranquilos, el daño ya esta hecho. En el futuro cuando todos estos templos del consumo se arruinen y cierren, comeremos cemento y hormigón y ellos seguirán robándonos.

La madre naturaleza jamás los perdonará.


(*) Doramas Correa, es licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid.


[http://tamaraceitealzado.wordpress.com/]

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