Secretaria
General del Partido Comunista de Canarias (PCC)
Todos los
días, asistimos al mismo y pésimo numerito, con los mismos y pésimos
personajes: Ángela Merkel, Nicolás Sarkozy, Christine Lagarde, Mario Draghi.
Los representantes de la llamada Troika o Triunvirato – Unión Europea, Fondo
Monetario Internacional, Banco Central Europeo - que gobierna Europa
al margen de los pueblos y al servicio del capital internacional. Y todos los
días, con la misma retahíla: déficit, freno de la deuda, rescate, medidas de
austeridad.
El significado
de austeridad ha cambiado, con la llamada crisis económica. En política, se
entendía la austeridad como la ausencia de gastos superfluos, de despilfarros,
en la gestión del dinero público. Ahora, las políticas de austeridad tienen
otra acepción: recorte del gasto público normal, de la inversión pública
habitual, recortes salariales, desmantelamiento de los derechos laborales y de
los servicios públicos conquistados por la clase trabajadora, a lo largo de
muchas luchas.
Pero mientras
los personajes del triunvirato exigen a los pueblos de Europa “austeridad”, es
decir, pérdidas de derechos y sacrificios muy fuertes, surgen noticias – no muy
extendidas - sobre su vida de “austeridad”.
De Christine
Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, hemos podido saber que se
subió el sueldo un 11% más que su antecesor que ya se lo había subido un 20%.
Y también que
está siendo investigada por malversación, por el pago de 285 millones del
Estado a Bernard Tapie, amigo del Presidente Sarkozy, en el 2008, cuando ella
estaba al frente del Ministerio de Economía.
Del Presidente
francés, Sarkozy, hemos podido saber que utilizó un avión presidencial para
repatriar a su hijo Pierre, hospitalizado durante unas horas en Ucrania por una
intoxicación alimentaria. El coste fue de 40.000 euros según el Ministerio de
defensa.
Y también que
el presupuesto del Elíseo ascendió a 113 millones de euros en el 2010,
duplicando los gastos de la reina de Inglaterra y que desde el 2007 ha ido
aumentando los gastos en coches oficiales, sondeos y viaje. La partida para
comidas y recepciones alcanzó la cifra “austera” de 12.000 euros diarios.
De la
Canciller alemana, Ángela Merkel, hemos podido saber que perdió a uno de sus
más cercanos correligionarios, el presidente alemán, Christian Wulff, por un
escándalo de tráfico de influencias que está siendo investigado: crédito
privado con unas condiciones muy ventajosas de empresarios amigos por medio
millón de euros, con el que adquirió una casa unifamiliar, vacaciones en la
exclusiva isla alemana de Sylt que pagó el productor cinematográfico, David
Groenewold, después de la concesión de un aval de un millón de euros a su
empresa, vacaciones en Italia, España y Estados Unidos a invitación de diversos
empresarios amigos locales y adquisición de vehículos para uso privado en
condiciones sospechosamente favorables.
En una declaración institucional poco después de la
dimisión de Wulff, la canciller Ángela Merkel que lo había propuesto para el
cargo, señaló que había recibido la noticia "con gran respeto" y
"gran pesar", y afirmó que el presidente saliente y su esposa
representaron "con dignidad" a Alemania.
De Mario Draghi,
Presidente del Banco Central Europeo, hemos podido saber que fue vicepresidente
de Goldman para Europa desde 2002 a 2005, ascendido a socio y nombrado
responsable de empresas y deuda soberana de los países europeos, siendo una de
sus funciones vender “swaps”, productos financieros con los que se ocultó una
parte de la deuda soberana y que, en consecuencia, permitieron falsear las
cuentas de Grecia.
Pero, sin vergüenza, exigen austeridad a los pueblos de Europa, mientras ellos
viven a cuerpo de rey y el dinero circula a raudales por los mercados
financieros – 2 billones de dólares todos los días sin control y sin impuestos
– y campa a sus anchas la llamada financiarización, el proceso en el que
predominan las actividades financieras – que genera especulación - sobre la
actividad productiva - que genera empleo, bienes y servicios. Sin
vergüenza, los billones de euros y de dólares que origina la especulación se
acumulan en los paraísos fiscales.
Sin vergüenza,
pretenden con el proyecto de tratado, en la Cumbre europea de marzo de 2012,
reforzar la “austeridad”, lo que, evidentemente, no aumentará el crecimiento
económico, ni resolverá la “crisis” de la deuda soberana. Se utiliza para que
en muchos países - como España que según Rajoy, “tiene que cumplir
las reglas del Club del Euro” – se pueda cuestionar el sistema de relaciones
sociales y negociación colectiva para rebajar los salarios, debilitar la
protección social y privatizar los servicios públicos. Es el capitalismo de
siempre, pero ahora con más dinero que acumulan sin frenos, sin límites y sin
vergüenza.
Por ello, las centrales sindicales europeas han convocado, el 29 de febrero, una gran jornada de protesta en toda Europa, la Euromovilización, a la que se están sumando los sindicatos de estudiantes, por una Europa Social, por el empleo y la justicia social.
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