La crucial reunión del primer ministro
griego, Lucas Papademos, con los líderes de los partidos políticos
helenos para decidir su respuesta a las exigencias de la troika (FMI,
Banco Central Europeo y Comisión Europea), concluyó este pasado
miércoles tras 8 horas de negociaciones sin que haya habido consenso. El
primer ministro y los líderes de los partidos que forman la coalición
de gobierno -PASOK, ND y el ultraderechista LAOS- saben que las medidas
que exige la troika les puede suponer un desgaste electoral
irreversible.
“Los
líderes políticos examinaron el programa económico que acompaña el
nuevo préstamo. Se pusieron de acuerdo en todo el programa con la
excepción de un punto que necesita más negociación con la troika“,
señaló el primer ministro impuesto desde la UE, el banquero Papadimos,
en un comunicado tras la reunión.
El punto de fricción, según indicaron
los partidos del gobierno, son las pensiones, que deberán ser recortadas
en un 15 %, lo que afectaría a las rentas más bajas. Por contra, ya hay
acuerdo para las otras exigencias de la troika: el salario mínimo será
reducido en un 22 %, hasta dejarlo en 585 euros brutos (unos 480 euros
mensuales netos). Para los menores de 25 años, la rebaja será aún mayor,
del 32%. Además el gobierno griego despedirá 15.000 empleados públicos.
Eurostat reveló este miércoles que el
número de griegos que vive por debajo del umbral de la pobreza relativa
superó en 2010 los 3 millones (27,7 % de la población) y, de acuerdo a
la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esa cifra se acercará a
los 4,5 millones este año.
La troika ha dado dos semanas al
gobierno griego para que encuentre de dónde ahorrar 300 millones de
euros, o de otro modo ordenará proceder con recortes más drásticos sobre
las pensiones.
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