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El valor latente del BRICS

ZHONG SHENG



Los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica se reunirán a finales del presente mes en Nueva Delhi en lo que será la cuarta cumbre de dirigentes del BRICS. Esta reunión se ha convertido nuevamente en el foco de atención de la opinión pública internacional. Cuando a principios de este siglo la compañía Goldman Sachs mencionó por primera vez a los países del BRIC, ese término sólo era un concepto de inversión. Hoy en día, a medida de que se fortalece la cooperación entre ellos, se puede observar cómo la importancia de esos cinco países aumenta día a día en la escena internacional. Ya sea para hacer frente a la crisis financiera, promover la reforma de los organismos financieros internacionales o enfrentar desafíos globales como el cambio climático o la seguridad alimentaria, es necesaria la participación de los países del BRICS. Este fenómeno se puede analizar a partir de tres distintos niveles:

En primer lugar, se debe mirar el desarrollo de los países del BRICS desde una perspectiva histórica. El rápido crecimiento económico de estos países no es sólo una cuestión de los últimos diez años, sino más bien tiene una relación directa con la profundización de la globalización, el ajuste activo de las estrategias de desarrollo de las economías emergentes y su ingreso en el sistema económico mundial. Desde el estallido de la crisis financiera en el 2008, los países del BRICS consolidaron aún más su tendencia de ascenso en la configuración económica internacional y se transformaron en un motor importante de la recuperación y crecimiento de la economía mundial. Al mismo tiempo, el desarrollo de estos cinco países se encuentra en una fase de acumulación de cambios cuantitativos. Para avanzar aún más en su desarrollo, se enfrentarán con una serie de limitaciones y desafíos, tales como el cambio de modelo de crecimiento, la reestructuración económica, la limitación de recursos naturales, la urbanización acelerada y el envejecimiento de la población. Si no se responde de manera adecuada a estas problemáticas, es probable que caigan en la “trampa del ingreso medio” o la “trampa de la transformación” y se interrumpa su ritmo de crecimiento rápido.

En segundo lugar, hay que observar el desarrollo de los países del BRIC desde un punto de vista dialéctico. No sólo hay que prestar atención al valor económico del crecimiento acelerado, sino también se debe tener en cuenta el nivel de desarrollo per cápita relativamente atrasado de estos países. En la última década, China, Brasil, Rusia e India han ingresado en la lista de las diez mayores economías del planeta. De acuerdo con la velocidad promedio de desarrollo actual, el valor total de las economías del BRICS rápidamente será equiparable al del G7. Sin embargo, desde el punto de vista del ingreso per cápita, los países de este grupo emergente están bastante alejados de los países desarrollados. Las estadísticas de Goldman Sachs indican que, en 2010, el ingreso per cápita promedio de los países desarrollados era de 39.500 dólares, mientras que el de los países del BRICS se encontraba bastante detrás. La lista la encabezaba Brasil con 10.700 dólares, seguido de Rusia con 10.400 dólares, Sudáfrica con 6.090 dólares, China en cuarto lugar con 4.400 dólares e India con tan sólo 1.400 dólares. De acuerdo con las normas de clasificación de países ricos y pobres del Banco Mundial (BM), los países del BRICS pertenecen a los de renta media, por debajo del nivel de 12.276 dólares de la renta anual per cápita de los países de altos ingresos.

En tercer lugar, la participación de los países del BRICS en los asuntos internacionales tiene que ser observada desde el punto de vista de su desarrollo. El crecimiento de su fuerza económica, les ha sentado una base material sólida para participar en los asuntos internacionales, al mismo tiempo que les ofrece una oportunidad para participar en la reforma del sistema internacional y la democratización de las relaciones internacionales. Cada uno de los países del BRICS se encuentra en el G20 y participa activamente en la gobernanza financiera y económica mundial, al mismo tiempo que trabajan juntos para promover la reforma del BM y el Fondo Monetario Internacional, y elevan la representación de las economías emergentes y los países en desarrollo. Desde el 2009, los cinco países celebran cumbres anuales de jefes de estado y publican un comunicado conjunto, en el que aclaran la visión del BRICS acerca asuntos internacionales importantes. El hecho de que el BRICS haya pasado de ser un concepto de inversión a una realidad política internacional, en la que los miembros coordinan sus posiciones entre sí y fortalecen su cooperación, es un avance histórico. Aunque los países del BRICS no cuentan con una rica experiencia de participación en asuntos internacionales como los países desarrollados y todavía necesitan un largo tiempo de adaptación para establecer una confianza mutua y profundizar la cooperación, su voluntad y capacidad para participar en los asuntos internacionales aumentará a medida de que su poder económico crezca y se profundice la cooperación entre ellos.

El año pasado, durante la cumbre de dirigentes del BRICS se mencionó por primera vez un plan de acción concreto para la cooperación entre los cinco países en las áreas de economía, finanzas, comercio, salud y cultura, entre otras. Profundizar la colaboración en estas áreas ya es una tendencia general.


[Fuente: Pueblo en Línea]

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