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Victoria de nuestros hermanos en Marruecos: el gobierno autoriza los nombres amazighs

La lucha de nuestros hermanos imazighen en el vecino Marruecos, que llevan muchos años bregando porque nuestra cultura originaria sea reconocida, comienza a dar frutos. A partir de ahora, todos los nombres propios amazighs serán reconocidos por el Estado marroquí.

Así lo ordena una circular que el ministro del Interior, Mohand Laensar, de origen amazigh, ha enviado el pasado 26 de abril a todas las oficinas civiles nacionales y las que representan a Marruecos en el extranjero.

En 1996, el aquel por entonces ministro del Interior, Driss Basri, y el presidente de la Alta Comisión del Estado Civil e historiógrafo del reino, habían vetado los nombres en beréber por no ser “marroquíes” (es decir, árabes), bajo el pretexto de “atentar contra las costumbres de la sociedad o contra la seguridad nacional”. Ningún nombre podía ser registrado si no figuraba en una lista específicamente definida por los servicios del Estado.

Las familias amazigh nunca aceptaron esa orden, y emprendieron una larga y costosa lucha que ahora ha finalizado en victoria.

Estas familias llamaban a sus hijos con nombres como Anir, Sifaw, Tifawt, Thiyya o Bahac, las instituciones no los aceptaban, y por consiguiente no eran civilmente reconocidos, y las familias denunciaban al estado. Pero mientras tanto, oficialmente, esos niños carecían de nombre.

El pueblo amazigh ("bereberes") se reparte en la actualidad principalmente entre Marruecos (60%) y Argelia (30%). El 10% restante lo hace entre Túnez, Libia, Egipto, Islas Canarias y las poblaciones tuaregs de Niger y Malí (Azawad).

La lengua amazigh, el tamazight, es hablada por 40 millones de personas en el norte de nuestro continente (desde el Oasis de Siwa (Egipto) hasta Marrruecos, pasando por Libia, sur de Túnez, Argelia, Niger, Malí) y en la diáspora.

Originariamente, los imazighen  ocupabamos un inmenso territorio que iba desde Egipto hasta las Islas Canarias y desde el mar Mediterráneo hasta la curva del río Niger y los confines del Africa negra.

Más tarde el espacio de la lengua tamazigh se redujo a medida que avanzaba la arabización instalada en el norte de Africa desde el siglo VII d.C., y de la colonización europea a partir del siglo XV. Sin embargo, incluso cuando perdimos el uso de nuestro idioma, caso de los Canarios, los imazighen permanecimos vinculados a nuestra identidad cultural.

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