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Las propuestas de Guaguas Municipales no resuelven los problemas del transporte público en Las Palmas

MARÍA PUIG BARRIOS
Secretaria General del Partido Comunista de Canarias (PCC) 


La propuesta de “negociación” del Convenio Colectivo presentada por la dirección de Guaguas Municipales, S.A. evidencia, una vez más, la línea neoliberal que tiende a imponer situaciones que durante mucho tiempo fueron expresamente ilegales porque se consideraban abusos contra los derechos de las y los trabajadores, tendencia que se ve alentada por las políticas que dictan los grandes poderes financieros y corporativos que se han adueñado de Europa y que siguen a rajatabla determinados gobiernos, como actualmente el Gobierno del Partido Popular que pretende imponerlas mediante una reforma laboral que está siendo fuertemente contestada en la calle por la clase trabajadora. También la pretenden seguir al pie de la letra empresas privadas, e instituciones y empresas públicas, por una cuestión meramente ideológica de sus directivos y gobernantes.


El discurso de que es preciso aumentar la “competitividad” y la productividad, y que eso sólo se puede conseguir reduciendo el coste laboral, con las consiguientes modificaciones de las condiciones de trabajo (jornada, horario, turnos, sistema de trabajo, salarios de las y los trabajadores), se basa en una idea falsa de partida que no resuelven los auténticos problemas y sólo genera un empobrecimiento que, en este caso, no va a beneficiar ni a los trabajadores, ni a los usuarios, ni a la Ciudad.


La labor de los trabajadores de Guaguas Municipales se viene desarrollando, hasta ahora, sin incidentes graves dentro de los vehículos y sin accidentes graves en las calles, a pesar de transportar anualmente a millones de viajeros. Sin lugar a dudas, la seriedad y la responsabilidad de los trabajadores tienen mucho que ver con la seguridad de la que disfrutan las y los usuarios, en cada uno de los vehículos. Por otra parte, los trabajadores garantizan el servicio, con viajes continuos, a lo largo del día, en medio de una elevada densidad de tráfico, sin carriles-bus, sin direcciones exclusivas, sin el apoyo de agentes municipales de tráfico, sin medidas para la pacificación del tráfico. Esto supone exigencias físicas y mentales, y representa una carga de trabajo que origina estrés. Por ello, sería un error aumentar la carga de trabajo, con turnos y horarios que sólo servirían para originar más estrés y otras patologías que no benefician a los trabajadores, ni a las y los usuarios, ni a la calidad del servicio, ni a la seguridad de todas y todos.

La propuesta simplista y abusiva de trabajar más y ganar menos cumple, sin dudas, con el objetivo de generar una mayor desigualdad social, pero no tiene nada que ver con los auténticos problemas y su resolución, tampoco en Guaguas Municipales donde el primer problema es la falta de una financiación adecuada, financiación que en Las Palmas de Gran Canaria, es muy inferior a la que tienen otras ciudades peninsulares con un número similar de habitantes. Guaguas Municipales necesita conseguir más subvenciones y establecer un marco de financiación estable con el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Gran Canaria, Institución insular que se gasta dinerales (más de 15 millones de euros del dinero público) en la redacción de distintos proyectos para un tren y sus estaciones, tren que ni siquiera cuenta con financiación, ni se sabe si su gestión será pública o privada.

La financiación de Guaguas Municipales es fundamental para potenciar el transporte público, como medio de atender las necesidades de movilidad de las y los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria, llevando a cabo programas regulares de inversión para mejorar la calidad del servicio (compra de vehículos, contratación de trabajadores, respeto a los derechos laborales, regularidad, adecuación de la oferta a la demanda, adopción de medidas preferenciales al transporte público en el ordenamiento de la circulación tales como: carriles-bus, direcciones exclusivas, preferencias semafóricas, apoyo de agentes municipales de tráfico y otras), de manera a aumentar el número de viajeros.

Mantener la propiedad y la gestión públicas del transporte urbano también es vital para llegar al conjunto de los barrios, hasta los más alejados, con regularidad y frecuencia, y más teniendo en cuenta, primero, que lo público busca la rentabilidad social para la colectividad y no beneficios económicos para dos o tres, y segundo, que el transporte urbano – ya sea público o privado - es deficitario en todas partes y está recibiendo subvenciones públicas, ya sea público o privado. Y hoy más que nunca, con dinero público el transporte debe ser público.

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