PARTIDO COMUNISTA DE FILIPINAS (PCF)
Intervención en el 21° Seminario Comunista Internacional (Bruselas, 18-20 de mayo de 2012)
En nombre de todos sus miembros, el Comité Central del Partido Comunista de Filipinas aquí presente expresa los saludos más calurosos de camarería y solidaridad revolucionaria a Nuestros Co-miembros del Comité Asesor del Seminario Comunista Internacional y a todas las delegaciones participantes en este 21 Seminario.
En nombre de todos sus miembros, el Comité Central del Partido Comunista de Filipinas aquí presente expresa los saludos más calurosos de camarería y solidaridad revolucionaria a Nuestros Co-miembros del Comité Asesor del Seminario Comunista Internacional y a todas las delegaciones participantes en este 21 Seminario.
Estamos plenamente complacidos y sentimos un gran honor de tener esta oportunidad de compartir con ustedes nuestra visión sobre las tareas inmediatas de los comunistas y su lucha por el socialismo. Consideremos y discutamos las tareas ideológicas, políticas y organizacionales urgentes que los comunistas necesitan llevar a cabo para avanzar hacia el socialismo.
TAREAS IDEOLÓGICAS INMEDIATAS
La tarea constante de cada partido revolucionario del proletariado es propagar la teoría científica del Marxismo-Leninismo y aplicarla en la historia y circunstancias concretas de la gente y en la práctica concreta de la revolución en cada país. El trabajo ideológico es el primer requisito en la construcción del Partido Marxista-Leninista.
A través del trabajo ideológico los rangos y filas del Partido adquieren un claro panorama materialista y científico y un método materialista-dialéctico de pensamiento, análisis y acción.
El Marxismo-Leninismo es la guía para la acción del Partido en liderar la revolución en base a la situación actual hacia la meta del socialismo y el comunismo.
La inmediatez del trabajo ideológico es minado por el hecho de que los componentes básicos del marxismo como filosofía, economía política y ciencia social, y todos los grandes desarrollos subsecuentes en la teoría y práctica del Marxismo-Leninismo, han sido oscurecidos e infamados por las potencias imperialistas y sus seguidores desde la caída de los regímenes revisionistas, el colapso de la Unión Soviética y la restauración completa del capitalismo en los primeros países socialistas en los años de 1989 a 1991 después de décadas del dominio del revisionismo moderno.
Por mucho tiempo, a pesar de la recurrencia y el empeoramiento de la crisis del capitalismo, las potencias imperialistas encabezadas por los Estados Unidos siguieron jactándose de que la humanidad no podría seguir más allá del capitalismo y que la democracia liberal y el socialismo estaban muertos por siempre. Con el aire de triunfo más descontrolado, emprendieron todo tipo de ofensiva: ideológica, política, económica, militar y cultural. Esto coincidió con el uso
conspicuo de alta tecnología en producción, comercio, finanzas, comunicaciones y guerra.
Todas las formas de subjetivismo e idealismo burgués corrieron galopantes como filosofía entre el consumismo masivo inducido por la deuda de las finanzas. Por insinuación política, la burguesía asoció e incluso igualó al comunismo y a los movimientos revolucionarios con el terrorismo para ponerlos en la mira de la represión. La política económica neoliberal dejó el campo abierto a la avaricia de la burguesía y negó al pueblo trabajador como el creador real de la riqueza social. Los Estados Unidos y la OTAN promovieron el estado del terrorismo a lo largo del mundo, y lanzaron guerras de agresión a un ritmo rápido. Productos al consumidor con las marcas de Estados Unidos encabezaron la ofensiva cultural imperialista.
Las filas de comunistas y las amplias masas del pueblo claman por la explicación de las raíces y consecuencias de la grave crisis actual, y más importante, por qué es lo que se tiene que hacer para confrontar la crisis y llevar a cabo la lucha anti-imperialista y democrática hacia el socialismo. La tarea ideológica más importante de los comunistas y partidos obreros al momento es explicar la crisis, y clarificar e impulsar las tareas para llevar a cabo la lucha revolucionaria.
Bajo la política económica neoliberal, la expansión del capitalismo global pareció ilimitada conforme cantidades enormes de financiación de la deuda fueron soltados en la recurrente y cada vez peor crisis de sobreproducción para impulsar las finanzas del capitalismo como la plataforma para conjurar la ilusión de crecimiento económico. Se lanzaron burbujas financieras sólo para que explotaran una tras otra, vertiendo montañas de deuda sobre las economías reales de los países imperialistas en el 2008. Desde entonces, la crisis económica y financiera ha resultado en una depresión global.
Las potencias imperialistas han fallado en resolver la crisis porque se aferran al dogma neoliberal de que el Estado sólo es bueno al ayudar a la burguesía monopólica a acumular el capital y maximizar las ganancias. Así, han disminuido el nivel salarial, cortado los servicios sociales, han provisto cortes a los impuestos, contratos en bandeja de plata y subsidios a las corporaciones, y concedido todo lo demás a la gran burguesía bajo los términos de inversión y liberalización del comercio, privatización, desregulación y desnacionalización de los países capitalistas menos desarrollados y la gran masa de países subdesarrollados.
Bajo las condiciones del colapso económico y financiero, el Estado ha sacado del apuro a los grandes bancos y corporaciones. Incurre en déficits más altos debido a los cortes en los impuestos de las corporaciones y la disminución de los ingresos en los impuestos debido a la economía estancada. Así, cae en una deuda pública, que se vuelve la base de las medidas de austeridad a costa del pueblo. Mientras tanto, la burguesía prohíbe al Estado emplear al desempleado e involucrarse en cualquier empresa para expandir la producción.
Las potencias imperialistas siguen adoptando medidas que agravan la crisis. Encuentran cada vez más difícil el abstenerse de medidas del tipo Keynesianas o del proteccionismo contra ellos mismos en la producción económica. Por mientras, siguen encontrando más fácil el unirse para hacer cargar el peso de la crisis al proletariado y al pueblo del mundo. Sin embargo, la crisis está generando contradicciones inter-imperialistas en la carrera para asegurar fuentes de materias primas estratégicas, especialmente petróleo, expandir los mercados y vender armas bajo el estímulo de las guerras de agresión, guerras civiles y otras guerras localizadas o regionales.
A cualquier escala, la crisis está empeorando y golpeando duro tanto a los países imperialistas como a los dominados, siendo los últimos los que continúan sufriendo la crisis más que los primeros. Ya es comparable a la Gran Depresión en términos de la destrucción masiva de las fuerzas productivas, degradación social a gran escala, el crecimiento de corrientes ultrarreaccionarias, el incremento de la agresividad de las potencias imperialistas y el aumento de la resistencia popular, tanto organizada como espontánea.
Mientras la crisis del sistema capitalista mundial está empeorando, la ciencia del Marxismo-Leninismo permanece como un faro para que entendamos los problemas incorporados por la burguesía monopólica y su oligarquía financiera, y para aportar la solución revolucionaria que la clase trabajadora y su destacamento de avanzada pueda adoptar y desarrollar, junto con el resto del pueblo explotado y oprimido.
Con la ayuda del Marxismo-Leninismo, los revolucionarios proletarios de hoy están respondiendo las preguntas concernientes al curso del progreso para la causa socialista, cómo derrocar al estado burgués y cómo establecer y desarrollar el estado socialista. Las preguntas y respuestas cubren la experiencia histórica y las nuevas circunstancias del proletariado y el pueblo y se extienden a cómo construir el socialismo, fortalecerlo y consolidarlo, combatir el oportunismo y el revisionismo, y avanzar tenazmente hacia la meta máxima del comunismo.
TAREAS POLÍTICAS INMEDIATAS
Las tareas políticas inmediatas de todos los partidos comunistas y obreros involucran el despertar, organizar y movilizar a las masas en los temas actuales generados por la crisis global y doméstica del capitalismo. Los temas que tienen un carácter político inmediato comprenden las demandas por la lucha anti-imperialista y de clases, las violaciones de los derechos humanos, los actos brutales de represión, y las guerras de agresión.
Temas como el desempleo, el congelamiento de los salarios, la falta de vivienda, el alza de los precios de los productos y servicios básicos, el deterioro de los servicios sociales, y del estilo, surgen en principio como temas económicos. Pero pueden tornarse fácilmente en temas políticos cuando el partido revolucionario del proletariado y el pueblo los eleven como temas en la lucha anti-imperialista y de clases.
Los imperialistas, la clase en el poder y el Estado siguen siendo responsables del sufrimiento económico del pueblo y se convierten en el blanco de la indignación de éste. Los explotadores mismos sin darse cuenta incitan al pueblo a levantarse cuando lo oprimen vilipendiándolo y suprimiendo las protestas de las masas. En el transcurso de la lucha política, se realizan tanto las demandas tácticas para reformas básicas y el llamado estratégico para un cambio revolucionario.
Cualquiera sea el estado del desarrollo económico y político de un país, y cualquiera el carácter correspondiente del movimiento revolucionario, el partido revolucionario del proletariado y el pueblo deben ganar la batalla por la democracia tomando el camino de las masas. Esto implica despertar, organizar y movilizar al pueblo en grandes cantidades de acuerdo a sus intereses, confiando en ellos, haciendo valer y ejerciendo sus derechos democráticos, y oponiéndose a la represión política por parte del Estado y a la explotación por parte de la clase gobernante.
En el curso de la lucha por las demandas inmediatas y en la aspiración por el socialismo en los países capitalistas industriales, las fuerzas revolucionarias y el pueblo deben ser vigilantes y militantes contra los intentos de suprimir el movimiento de masas. La burguesía monopólica no duda en emplear el fascismo contra aquellos que aspiran el socialismo. En una forma inteligente, imponen la violencia sobre el pueblo acelerando el reclutamiento de las tropas militares, de la policía y los agentes de inteligencia desde las filas del pueblo, especialmente de los desempleados, para el propósito de la así llamada seguridad de los sin-tierra, la guerra civil o guerras de agresión.
En un país subdesarrollado como Filipinas, la clase explotadora de los grandes compradores y terratenientes está siempre activa para usar ambos medios persuasivos y violentos del Estado reaccionario para suprimir el movimiento del pueblo por una nueva revolución democrática con una perspectiva socialista. La batalla por la democracia aquí no sólo engloba la movilización política del pueblo asegurando y ejerciendo sus derechos democráticos, sino también luchando enfáticamente por la liberación de millones de campesinos de condiciones feudales y semifeudales.
La crisis del sistema capitalista mundial y la crisis del sistema semi-colonial y semi-feudal en las Filipinas son distintas pero al mismo tiempo están cercanamente relacionadas. La clase gobernante de las Filipinas tiene sus propias flaquezas debido a su subdesarrollo, pero es tan dependiente del sistema capitalista mundial –especialmente de los Estados Unidos- que la crisis actual del capitalismo global impacta violentamente en las Filipinas desde el exterior y al mismo tiempo agrava la crisis crónica debida al subdesarrollo de las Filipinas.
La economía de las Filipinas es tan dependiente de la producción de las materias primas (de la agricultura y minería) y la semi-manufactura de ciertos productos de consumo para exportación, así como la exportación de mano de obra barata en forma de emigrantes, que disminuyen los trabajadores. Empeora y la crisis es más profunda como resultado de una menor demanda y precios más bajos de las exportaciones ante el empeoramiento de la crisis del capitalismo global. El empeoramiento de la crisis filipina resulta en un gran sufrimiento para el pueblo filipino y al mismo tiempo en la intensificación de las contradicciones entre los mismos reaccionarios y entre el pueblo y el sistema gobernante.
El Partido Comunista de Filipinas ha fijado la línea general de una nueva revolución democrática en el estado actual de la revolución filipina, para considerar y oponerse al carácter semi-colonial y semi-feudal de la sociedad filipina. El estado actual de la revolución democrática bajo el liderazgo de la clase trabajadora es la preparación para el subsecuente estado de la revolución socialista, que comienza hasta la terminación básica de la nueva revolución democrática mediante la toma a lo largo de toda la nación del poder político como resultado de la prolongada guerra del pueblo.
La línea general de la nueva revolución democrática con una perspectiva socialista guía la dirección de la revolución filipina y guía al Partido y a las masas para salir del maremágnum económico, social, político, cultural, ambiental y moral que surge de la opresión y la explotación y su agravamiento como resultado de la crisis. La clase trabajadora es la clase líder en la revolución al ser la fuerza productiva y política más avanzada. Depende principalmente de su alianza básica con los campesinos, gana un aliado fuerte con los pequeños burgueses urbanos, incluso también en la mediana burguesía, y toma ventaja de las contradicciones entre los reaccionarios para aislar y destruir un enemigo tras otro.
Siempre, el peor de los reaccionarios es el enemigo, actuando como el principal títere de los imperialistas y como el principal representante de la gran burguesía compradora y la clase terrateniente. Dirige una guerra contrarrevolucionaria viciosa contra el pueblo y las fuerzas revolucionarias. A la luz de las leyes internacionales, se puede decir que una guerra civil se está gestando en las Filipinas. Pero Estados Unidos está incrementando su intervención militar al ser llevado por el carácter agresivo y la grave crisis del imperialismo y su esquema actual para reenfocar su atención en Asia del Este. Se avecina la posibilidad de que una guerra civil se convierta en una guerra nacional de liberación contra la agresión extranjera.
En tiempos de grave crisis, los hechos abundan para que el pueblo tome la línea de la nueva revolución democrática, en acuerdo con los intereses nacionales y de clase. Hay varios tipos de organizaciones de masas que deben ser desarrolladas para solidificar la masa de activistas patriotas y progresistas. A mayor tiempo de antigüedad de las organizaciones de masas, más fácil llegar y movilizar al pueblo en grandes cantidades.
Las organizaciones legales de masas patriotas y progresistas pueden surgir y crecer reivindicando y ejerciendo sus derechos democráticos contra la explotación y la opresión del pueblo, y contra los actos descarados o discretos de represión de los regímenes que hipócritamente claman ser democráticos y diferentes de la caída dictadura fascista de Marcos.
La clase trabajadora tiene sindicatos, siendo el Kilusang Mayo Uno el centro laboral más fuerte.
Los campesinos y trabajadores de granja tienen el Pambansang Magbubukid ng Pilipinas; los pescadores el Pamalakaya; y los empleados de gobierno el COURAGE, por citar sólo las formaciones más grandes de las masas trabajadoras.
Hay varios tipos de organizaciones de colectivos sectoriales, como las de los estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, abogados, científicos y tecnólogos, escritores y artistas, religiosos progresistas, hombres de negocios patriotas, y del estilo.
Hay también colectivos basadas en temas y problemas como la independencia nacional, democracia, derechos humanos, reformas territoriales e industrialización nacional, pueblos indígenas, derechos de los jóvenes, derechos de las mujeres, derechos de los niños, cultura patriótica y progresista, medio ambiente, paz justa y duradera, solidaridad internacional contra el saqueo imperialista y la guerra, y demás.
Usando la política del frente unido, las organizaciones patriotas y progresistas han desarrollado alianzas sectoriales (dentro de las clases y categorías ocupacionales) y alianzas multisectoriales como la BAYAN (New Patriotic Alliance), que es la mayor en su tipo. Estas alianzas han servido para aumentar, ampliar y expandir la fuerza e influencia del movimiento democrático nacional en campañas y varios tipos de activismo en temas permanentes así como en temas candentes de la actualidad.
Los colectivos legales y las alianzas son claros en afirmar su independencia del Partido Comunista de Filipinas y las organizaciones de masas revolucionarias ilegales. Lo hacen obviamente para contrarrestar la cacería de brujas anti-comunista que ha llegado a ser más despiadada que nunca bajo la llamada Ley anti-terrorismo. Están relacionadas cercanamente con grupos de partidos progresistas que participan en luchas electorales con el sistema gobernante.
Por supuesto, el Partido Comunista de Filipinas ha desarrollado diversos tipos de organizaciones de masas ilegales. La más importante de éstas en términos de fomentar la prolongada guerra del pueblo es la Nueva Armada del Pueblo (NAP). Es liderada por el Partido y la clase trabajadora, y la mayoría de los comandantes y luchadores rojos vienen de los campesinos. En estos momentos, la NAP está embebida en el plan estratégico de 5 años para llevar la guerra del pueblo de la defensa estratégica a la permanencia estratégica.
Hay un arreglo exhaustivo de organizaciones de masas clandestinas de trabajadores, campesinos, jóvenes, mujeres, trabajadores culturales, abogados, científicos y tecnólogos. Y hay alianzas clandestinas de los pueblos de Cordillera, Moros y Lumads, y los religiosos progresistas, especialmente los Cristianos por la Liberación Nacional. Todas las anteriores fuerzas revolucionarias están dedicadas a la guerra del pueblo. Junto con el PCF y la NAP, pertenecen al Frente Nacional Democrático de Filipinas.
El FNDF es un frente unido revolucionario, con su propio programa de revolución democrática y constitución del pueblo, en armonía con el del PCF. El FNDF consiste en las formaciones de las masas trabajadoras y la pequeña burguesía citadina. Pero está siempre abierta para incluir a la mediana burguesía e incluso a los aliados temporales y no confiables de entre las filas de los reaccionarios que se oponen a lo peor de éstos.
El FNDF ha llegado lejos y ha realizado negociaciones de paz con una serie de regímenes reaccionarios para asegurar su estatus beligerante ante la ley internacional y demandar que las raíces del conflicto armado sean discutidas para sentar las bases de una paz justa y duradera.
Para evitar confusión entre los revolucionarios y el pueblo, el PCF y el FNDF siempre han dejado claro que el camino para una paz justa y duradera no es diferente del camino de la nueva revolución democrática. Los regímenes reaccionarios han fallado en llegar a un acuerdo para una paz justa y duradera debido a su extrema sumisión al imperialismo de los Estados Unidos y a la clase local explotadora de los grandes compradores y terratenientes.
Las organizaciones de masas patrióticas y progresistas y sus alianzas han sido las responsables de las bien fundamentadas campañas en temas de alta significancia y de las movilizaciones a gran escala que resultaron en el derrocamiento de la dictadura fascista de Marcos y el régimen corrupto de Estrada. Generan las campañas y actividades que marcan la línea general de la nueva revolución democrática y expresa las protestas y demandas del pueblo. A su vez, son fortalecidas por estos actos de movilizaciones de masas que impulsan actividades de masas a gran escala.
La línea estratégica de la prolongada guerra del pueblo en las Filipinas es ahora enormemente favorecida por las terribles condiciones de opresión y explotación generadas por la crisis del sistema mundial capitalista. Toda forma de resistencia del pueblo, incluidas las huelgas generales y los mítines de protesta, y los movimientos revolucionarios armados, se están esparciendo y creciendo en fuerza.
El movimiento revolucionario de Filipinas está contribuyendo en lo que puede para expandir e intensificar los movimientos revolucionarios de los pueblos del mundo contra el imperialismo y en pro de la liberación nacional, la democracia y el socialismo. Al mismo tiempo, se beneficia de la expansión e intensificación de los movimientos revolucionarios en el extranjero.
Las potencias imperialistas pueden ser mareadas y debilitadas por el gran número de lo que ellos consideran como problemas puntuales. En muchos países de todos los continentes, incluidos los países imperialistas, la grave crisis global ha dado como resultado el resurgimiento de movimientos de masas. El mundo entero está en ebullición. Estamos en la víspera de grandes levantamientos sociales y progresos revolucionarios.
Gracias al uso de mayores tecnologías, la burguesía monopolista ha acelerado no sólo la acumulación del capital y la formación de ganancias sino también la recurrencia y empeoramiento de la crisis de la sobreproducción y el abuso del capital financiero monopolista.
Ha producido medios de comunicación veloces de los que las fuerzas revolucionarias han tomado ventaja.
La propaganda revolucionaria y la agitación, la organización del pueblo en distintos tipos de formaciones de masas y movilizaciones, han sido facilitadas y aceleradas por el uso de la internet, el celular, los audio-visuales y las redes sociales. Aunque por supuesto, presumimos que las fuerzas revolucionarias usan estos medios inteligente y efectivamente, conscientes de que el enemigo usa los mismos medios contra el movimiento revolucionario.
TAREAS ORGANIZATIVAS INMEDIATAS
El PCF se guía por el centralismo democrático como su principio organizacional básico. Lo que significa un liderazgo centralizado basado en la democracia, y la democracia guiada por el liderazgo centralizado. Es una forma efectiva de darle juego completo a los debates democráticos, tomando decisiones a cada nivel y desde el nivel más bajo al más alto, concentrando puntualmente el deseo del Partido entero en el Comité Central.
En la base del Partido están las ramas del Partido y los grupos o fracciones dentro de organizaciones e instituciones de masas. En la base de las informaciones y discusiones, éstos dan reportes y recomendaciones a los comités de sección. Los comités de sección hacen reportes y recomendaciones a los comités distritales; los comités distritales a los comités provinciales; los comités provinciales a los comités regionales; y los comités regionales al Comité Central. Las decisiones del Comité Central bajan de nivel en nivel.
Los miembros individuales del Partido están subordinados al Partido entero y al Comité Central. A cualquier nivel, las decisiones son tomadas por mayoría de voto o por consenso después de una discusión completa sobre algún tema. El órgano más bajo está subordinado al más alto. La esencia del liderazgo centralizado es ratificar al Marxismo-Leninismo como guía de acción y aplicándolo en hechos y circunstancias concretos. Esencialmente, el Partido está constituido como un partido Marxista-Leninista y sus miembros son educados, entrenados y actúan como Marxistas-Leninistas.
El Partido recluta a sus miembros de entre las filas de los activistas de masas avanzados. Se consideran avanzados porque tienen un relativamente alto nivel de conciencia política, son militantes, y desarrollan conscientemente su tarea. Lo más importante de todo, es que ellos están deseosos de unirse al Partido. Entran primero como miembros candidatos. El periodo de candidatura para obreros y campesinos es de 6 meses, y para los pequeños burgueses urbanos, es de un año.
El movimiento de masas está creciendo rápidamente debido a la severidad y prolongación de la crisis económica, política y social, y porque el Partido y las organizaciones de masas intensifican su propaganda y agitación, organiza masas de diferente tipo, y movilizan a las masas en los temas candentes. En base al rápido crecimiento del movimiento de masas, el Partido puede reclutar rápido y llevar a cabo la política de expandir el Partido audazmente sin dejar entrar elementos indeseables. La honestidad de cada aspirante para miembro del Partido es de crucial importancia y se verifica.
La rápida expansión del Partido se requiere por el empeoramiento de la crisis y por la necesidad del Partido de fortalecerse para su plan estratégico de pasar de la defensa estratégica a la permanencia estratégica en la guerra del pueblo. El Partido está resuelto a avanzar aceleradamente con el respaldo de más de 43 años de construir al Partido, las organizaciones de masas en áreas urbanas y rurales, y los órganos de poder político en el campo.
Los cuadros del Partido se encuentran en órganos líderes del Partido mismo así como en los de la NAP, de las organizaciones de masas y el gobierno del pueblo. Se han desarrollado como cuadros en virtud de su capacidad de liderar tareas ideológicas, políticas y organizacionales, y para llevar a cabo la expansión y consolidación de las organizaciones del Partido a las que son asignados. Se espera que la rápida expansión del Partido que se está dando implique el rápido desarrollo de cuadros.
Todos los cuadros del Partido son conscientes de la necesidad de completar la tarea central de la revolución, que es la de tomar el poder político, y del rol decisivo del Partido en liderar el proceso revolucionario. El Partido sirve como el coordinador de las fuerzas de la NAP y el FNDF, y de las varias formas de lucha en las áreas urbanas y rurales.
Los cuadros y miembros del Partido de las áreas urbanas son conscientes de desarrollar el movimiento legal de masas para apoyar y complementar la lucha armada revolucionaria en el campo, y alientan a los trabajadores y a los jóvenes educados para unirse a la armada del pueblo. Los de las áreas rurales, especialmente en la armada del pueblo, están conscientes de impulsar la guerra del pueblo para ocasionar a la larga la toma del poder político a lo ancho de la nación.
Las amplias masas del pueblo filipino y el movimiento revolucionario liderado por el Partido Comunista de las Filipinas están confiados en completar la etapa de la nueva revolución democrática y de proceder a la etapa de la revolución socialista. Su confianza se basa en su adherencia a la teoría y práctica del Marxismo-Leninismo, su conciencia de la crisis crónica y pérdida de curso del sistema gobernante doméstico y del sistema capitalista mundial, de su aprendizaje de las experiencias del movimiento revolucionario en las Filipinas y el extranjero, y de emprender todo el trabajo y luchas necesarios para pasar de un estado de la revolución al siguiente.
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