MOATASEM HAMADEH
Los asesinatos políticos son una política oficial sostenida por los israelíes sionistas. Comenzó con el conde Bernadotte, el enviado internacional, como un castigo por su recomendación a las Naciones Unidas de repatriar a los refugiados palestinos, a sus casas y propiedades, como precondición para lograr la paz en Medio Oriente. La misma política de asesinatos continuó con algunos líderes y secretarios generales del campo palestino.
Israel, heredero legal de las bandas sionistas no sólo utilizó aviones y helicópteros para sus asesinatos, también usó pistolas como en el caso del asesinato del líder Abu Jehad Al-Wazir en Túnez, y Khaled Nazzal, miembro del Comité Central del Frente Democrático, en Grecia. Además, usó explosivos para asesinar a Majed Abu Sharar, miembro del Comité Central de Al-Fatah.
Después de asesinar a todos los líderes palestinos, Israel declara que lucha contra el llamado terrorismo, pues considera la lucha palestina contra la ocupación como un acto terrorista, a pesar de que las Naciones Unidas reconocieron el derecho del pueblo palestino a usar todos los medios en defensa de su libertad, la liberación de su tierra y la soberanía nacional.
Debido a las presiones de EEUU, la comunidad internacional denuncia los delitos de asesinato sólo de palabra y llama a palestinos e israelíes a detener la violencia, equiparando a la víctima con el asesino.
Una sola vez los palestinos mataron, a Rehavam Zeevi. En ese momento, Israel consideró que el asesinato es un crimen aplastante e insistió en encontrar y arrestar a los autores. Insistió en arrestar a Ahmad Saadat, secretario general del Frente Popular, considerándolo el autor intelectual del asesinato.
Lamentablemente, Israel logró detener a Saadat y sus compañeros, cuando irrumpieron en la cárcel de Jericó en complicidad con partidos palestinos e internacionales.
Un doble discurso es aplicado en el conflicto palestino-israelí. El primero de ellos considera el asesinato de personalidades israelíes como un crimen cuyos autores deben ser procesados y castigados, mientras que el segundo considera el asesinato de personalidades palestinas como mera operación militar bajo pretextos varios. A veces es llamada operación preventiva para evitar posibles operaciones palestinas, otras veces es llamada respuesta a operaciones previas realizadas contra objetivos israelíes. Otros asesinatos son llevados a cabo para la llamada “destrucción de la infraestructura del terrorismo palestino”.
La comunidad internacional se mantuvo en silencio sobre el último asesinato, el de Ahmad Al-Jaabari. El consejo de seguridad no ha llegado nunca a un resultado y no ha declarado nunca una posición, mientras EEUU anuncia su apoyo a lo que llama “el derecho de autodefensa de Israel”. Por supuesto, los palestinos son privados de la autodefensa y si reclaman sus derechos, son descriptos como terroristas.
Mientras Gaza está resistiendo la agresión y Cisjordania está resistiendo la agresión y la construcción de asentamientos, el negociador palestino sigue llamando a la reanudación de las negociaciones como empujando un cuerpo muerto. No es así como un líder responsable afronta la agresión israelí contra el pueblo palestino.
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