Los ecuatorianos dieron este domingo un triunfo aplastante a Rafael Correa en las elecciones presidenciales. Como en 2009, el mandatario sacó más de la mitad del voto válido (descontados sufragios nulos y blancos), según datos preliminares, y por tanto evitó tener que presentarse a una segunda vuelta, aunque esta vez superó incluso los resultados de la anterior elección, lo que muestra un nulo desgaste en el poder.
Con cerca del 50% de los sufragios escrutados, casi el 57% de las papeletas tenían marcado su nombre, frente a los cerca del 24% del segundo colocado, el exbanquero Guillermo Lasso.
El presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Domingo Paredes, dijo que los resultados finales pueden variar en uno o dos puntos porcentuales arriba o abajo, pero no más que eso.
Tan pronto como conoció los primeros datos el mandatario salió al balcón del palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, para agradecer a los cientos de personas congregados en la Plaza de la Independencia, que lo apoyaban con gritos y ondeando banderas.
"Dios les pague", dijo el presidente, agradeciendo el apoyo de los votantes. "Esta revolución no la para nada ni nadie".
El jefe de Estado, que llegó al poder en 2007, dijo que recibe la victoria con mucha humildad pero con gran firmeza, y comentó que serán "cuatro años más de revolución", para la cual están "más comprometidos que nunca".
A su lado, Jorge Glas, candidato a vicepresidente y sucesor de Lenín Moreno, también agradeció el respaldo.
Destacó que el pueblo se ha pronunciado con fuerza para que haya cuatro años más de trabajo conjunto por hacer un "mejor Ecuador" y por "luchar contra el verdadero enemigo que es la pobreza".
Los resultados preliminares son un jarro de agua fría en particular para el expresidente Lucio Gutiérrez y el magnate bananero Álvaro Noboa, que con un 6% y un 3,7% del voto respectivamente, obtuvieron un apoyo muy inferior que en los comicios anteriores.
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