La Avenida Río Branco y después Cinelândia, principales escenarios de las manifestaciones populares en Río de Janeiro, fueron retomadas este jueves por sus ocupantes tradicionales: la izquierda organizada, a través de sus entidades, movimientos sociales y partidos políticos que no se rinden al capital.
Esta vez, en lugar de la hostilidad del coro “sin partido”, la población carioca confraternizó y aplaudió la manifestación, un mar rojo que ocupó toda la avenida Rio Branco, desde Candelaria a Cinelândia.
El acto contó con una significativa presencia combativa y organizada de militantes comunistas, con las banderas del PCB, de la UJC y de Unidad Clasista.
La manifestación se desarrolló en un clima de tranquilidad, sin la acción ostentosa de provocadores de derecha, que venían intentando desvirtuar el carácter de las movilizaciones populares.
En el acto –del que hay que enfatizar que fue muy relevante– participaron colectivos organizados de residentes del Complejo de Maré, que esta semana fueron víctimas de la truculenta acción de la Policía Militar fluminense, lo que refuerza la propuesta de desmilitarización de la policía, cuestión que gana fuerza en todo Brasil.
Han destacado en el acto las luchas contra los monopolios de los transportes urbanos, la elitización de los megaeventos deportivos y la privatización de los estadios, el desmantelamiento de la sanidad y de la educación y la violencia policial.
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