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El Amor Romántico: construcción sociocultural del amor en nuestra sociedad

El amor, el amor...

¿La Levantera se nos ha enamorado? Anda meditando sobre el amor, sobre la construcción social y cultural del amor. Ella, empezó a preguntarse porque las mujeres y los hombres tenemos formas tan desigualitarias a la hora de amar/amarnos. Desde Maldita Normalidad hemos elaborado una síntesis de la construcción socio-cultural de este amor, caracterizado por la dependencia, la abnegación y la pasividad femenina; y por la imagen del príncipe azul, unida a la imagen del guerrero que caracteriza a lo masculino.

El amor romántico es un mecanismo cultural para perpetuar el patriarcado, mucho más potente que las leyes: la desigualdad anida en nuestros corazones. Amamos desde el concepto de propiedad privada y desde la base de la desigualdad entre hombres y mujeres. Nuestra cultura idealiza el amor femenino como un amor incondicional, abnegado, entregado, sometido y subyugado. A las mujeres se nos enseña a esperar y a amar a un hombre. A las mujeres nos han enseñado a amar la libertad del hombre, no la nuestra propia. Admiramos a los hombres y les amamos en la medida en que son poderosos. Para los hombres tradicionales, la virilidad y el orgullo están por encima de cualquier meta: se puede vivir sin amor, pero no sin honor. La desigualdad económica por razones de género nos lleva a la dependencia económica y sentimental de las mujeres. Los hombres ricos nos resultan atractivos porque tienen dinero y oportunidades, y porque nos han enseñado desde pequeñas que la salvación está en encontrar un marido (lo que sería un príncipe azul, como Richard Gere en la película Pretty Woman). No nos han enseñado a luchar por la igualdad para que tengamos los mismos derechos, sino a estar guapas y conseguir a alguien que te mantenga, te quiera y te proteja, aunque para ello tengas que quedarte sin amigas, aunque tengas que juntarte a un hombre violento, desagradable, egoísta.

El amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres. Combinar el cariño con el maltrato hacia una mujer sirve para destrozar su autoestima y provocar su dependencia, por lo tanto se utiliza el binomio maltrato-buen trato para enamorarlas perdidamente y así poder domarlas.

¿Qué hemos hecho las mujeres por amor en ocasiones anteriores: “Por amor”? Las mujeres hemos sido, y somos capaces de humillarnos. “Por amor” nos sacrificamos, nos dejamos anular, perdemos nuestra libertad, perdemos nuestras redes sociales y afectivas...vosotras os preguntareis ¿por qué hacen las mujeres estas cosas por amor? ¿Eso es amor?

Vamos a ir descubriendo cuáles son las claves de este amor, del amor romántico:

El amor romántico todo lo puede, es onmipotente. Da igual si ese hombre te cuida y te trata bien, como él dice que te quiere pues pase lo que pase siempre se permanece a su lado. El verdadero amor está predestinado, es el destino el que los une por siempre... y fueron felices y comieron ¿perdices?

EL AMOR ES LO MÁS IMPORTANTE Y REQUIERE ENTREGA TOTAL

La pareja como elemento fundamental en nuestras vidas: El sentimiento que se nos crea, expresado en “si no la tienes, sientes que te falta algo”.

La presión social para encontrar pareja: Las frases que se suelen dar en nuestra cotidianidad, desde que somos muy pequeñas, ya que esta presión la viven fundamentalmente las mujeres: ¿Y tienes novio?... pues se te va a pasar el arroz...” Los hombres también sufren otro tipo de presión, ya que socialmente no está nada bien visto que un hombre permanezca soltero, sin familia. Hay que ser el cabeza de familia de, sino es que eres un “bala perdía”. A los hombres se les enseña a ser extremadamente individualistas, capaces para la competición en el mundo masculino pero dependientes en lo que respecta a las tareas reproductivas, el cuidado de si mismos y de lxs demás y en el campo emocional, y por lo tanto tienen que buscar una mujer que cubra sus necesidades e incapacidades.

Soñar con tu pareja ideal: De manera inconsciente estar pre configuradx para soñar con lo que vas a encontrar a una persona especial y única con la que compartir todos los ámbitos de tu vida que a ti te parecen importantes: hobbies, sueños e ilusiones, viajes, proyectos, trabajo, etc.

Empezar a sentir que esa persona es parte de ti: Enfadarte y/o decepcionarte porque tu pareja no entienda o sienta las cosas de la misma forma en que tú lo haces. “quien bien te quiere te hará sufrir”.

EL AMOR COMO POSESIÓN Y EXCLUSIVIDAD

El amor verdadero está siempre ligado a una entrega absoluta a tu pareja, la cual tiene total uso de tu mente y de tu cuerpo. Al cual le debes exclusividad, eres de él y únicamente de él.

La incondicionalidad, “te querré para siempre, hagas lo que hagas”: En las relaciones de pareja, como en cualquier otra relación personal, exiten los límites y es importante ponerlos. Creer en el amor como infinito y eterno nos encadena a una continua espera del cambio, esperar y esperar. Muchas personas, fundamentalmente mujeres, en esa espera, pueden ver peligrar su felicidad, su salud y en muchos casos pueden perder su propia vida. Es importante aprender a dejar y dejarnos claro que si me quieres te quiero, y si no, seré libre continuar con la relación o de romperla, porque nuestro cuerpo y nuestra vida son nuestros.

Los cuidados hacia nuestra pareja: Muchas veces ocurre que cuando una mujer deja de pensar en ella para cuidar a los demás y comenzamos a cuidarnos y cuidar se nos reprocha, y en muchas ocasiones tenemos que vivir esa relación de pareja atada al chantaje emocional.


Lo que esperas que sea tu pareja: frustrarte porque tu pareja “no alcance las expectativas” que tú tienes proyectadas en ella: esperar continuamente a que vaya a cambiar, que vaya a entenderlo, que vaya a apreciar las cosas como lo haces tú, que a querer ir contigo a todos esos sitios,... etc. Esto además nos impide ver a la persona tal y como es, haciéndonos vivir, en muchos casos, una realidad paralela a la que realmente es; y viviendo una continua ilusión. Hasta que no tomemos conciencia de que los que soñamos es un sueño, y no una realidad, no seremos capaces de ver a esa persona que tenemos enfrente, y que no nos gusta, ni nos daremos la oportunidad de cambiar esa situación.

El patriarcado parece que va eliminándose de las estructuras legales y económicas de nuestra sociedad, pero sigue muy arraigado en la cultura, en la economía, y en los relatos amorosos. En la producción de sentido, en la creación cultural es donde creadores y creadoras han de aportar su granito de arena en la representación de modelos amorosos más igualitarios. Por todo ello, sería necesario comenzar a construir personajes femeninos que protagonizan la historia de su vida, que toman las riendas de sus problemas, que no esperan toda la vida a que las salve un príncipe azul.

Se trataría de (de)construir los estereotipos tradicionales que representan a las mujeres como seres débiles, sumisas, incapaces de hacer nada, victimistas, infantilizadas, caprichosas, y perversas. Y comenzar a representar modelos positivos de mujeres que luchan, que tienen conciencia de su poder, que crean redes sociales de apoyo mutuo, que logran que su identidad y su autoestima no varíen dependiendo de si un hombre las valora. También sería esencial construir, paralelamente, personajes masculinos que sepan compartir el protagonismo y valorar las habilidades de su compañera de reparto.

Lo ideal sería trabajar en la transformación cultural del patriarcado, paralelamente a la lucha por la igualdad política, social y económica. Así, podríamos innovar en la creación de contenidos antipatriarcales, en definitiva, crear representaciones simbólicas de relaciones amorosas menos egoístas e interesadas, y alejadas del patrón dominio-sumisión tradicional. Sólo así podremos transformar el amor romántico, en un romanticismo igualitario, construido desde la necesidad humana de dar y recibir afecto, que en definitiva es la base del amor.


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