EEUU ha abandonado la misión conjunta con Europa para explorar Marte y
es muy posible que su deserción dé al traste con este proyecto.
Los
nuevos presupuestos de la NASA, presentados ayer, recogen un drástico
recorte de más de 309 millones de dólares (237 millones de euros) en el
apartado de ciencias planetarias, bajo cuya ala estaba la misión al
planeta rojo ExoMars. Además, los fondos para exploración
marciana de la agencia se recortan casi un 40%.
El programa de
colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) incluía
enviar una sonda en 2016 para olfatear gases producidos por microbios y
un robot taladrador capaz de encontrar vida en el subsuelo en 2018.
"No
seguiremos adelante con la misión ExoMars de 2016 y 2018",
reconoció el pasado lunes el administrador de la NASA, Charles Bolden, en un e-mail
a los trabajadores de la agencia estadounidense. La NASA se compromete a
seguir coo-perando con sus "socios internacionales" para diseñar una
nueva misión "reestructurada", según los presupuestos. No hay calendario
ni financiación para ello.
La crisis ha obligado a la NASA a
priorizar y salvar los proyectos propios. Entre ellos están el
desarrollo de un cohete pesado para ir a Marte que se probará por
primera vez en 2017 y el Telescopio Espacial James Webb, cuyo
lanzamiento se ha retrasado varias veces multiplicando su coste, que
podría alcanzar los 6.000 millones de euros. El programa es uno de los
pocos dentro de los presupuestos de ciencia que aumentarán su
presupuesto en 2013 para intentar llegar al espacio en 2018.
ExoMars se comenzó a desarrollar en 2008 y desde entonces ha
sufrido importantes recortes debido a que EEUU redujo el año pasado la
cantidad de dinero que podría aportar al proyecto. En su origen, la ESA
se había comprometido a gastar mil millones de euros en ExoMars
y de EEUU esperaba algo similar. A cambio, un cohete de EEUU llevaría a
Marte dos robots de exploración, uno de cada país. El recorte en el
presupuesto para ciencias planetarias en 2012 ya obligó a rediseñar el
proyecto: en vez de dos vehículos, tendría que ir sólo uno. Esto obligó a
la ESA a rediseñar su robot. Un año después, EEUU cancela su
participación en la misión, lo que la hiere de muerte, por no hablar del
enfado que generará en sus socios europeos.
ExoMars es
una misión prioritaria para la ESA. La principal razón es que sería la
primera vez que Europa lograría completar una misión de aterrizaje y
exploración sobre ruedas al planeta rojo, algo que por ahora sólo ha
conseguido EEUU. El proyecto daría además a las empresas espaciales
europeas una inyección de vida en forma de contratos para desarrollar la
sonda y el robot, que sería el primero de la historia capaz de taladrar
el planeta hasta dos metros de profundidad para buscar vida.
En
un intento de salvar el proyecto, la ESA ha invitado a Rusia a unirse.
Representantes de las agencias espaciales de EEUU y Rusia han discutido
junto a la ESA la forma de llevar la misión a cabo. Entre las
aportaciones de Rusia estaría el cohete Proton para llegar a
Marte. A cambio, los rusos piden participar en las misiones científicas
de ExoMars, es decir, poder introducir sus propios instrumentos
y experimentos científicos. En la ESA se ve con escepticismo la
posibilidad de llevar a cabo la misión sólo con Rusia.
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