Comité Nacional del
PARTIDO COMUNISTA DEL PUEBLO CANARIO (PCPC)
El pueblo canario ha sido sometido durante las últimas semanas a una avalancha informativa intoxicadora que revela los planes guerreristas de la OTAN contra los pueblos africanos, fuertemente impactados, durante siglos, por la voracidad capitalista y por la tensión de fuerzas en la política internacional.
Los cambios en la correlación internacional de fuerzas como consecuencia de los procesos contrarrevolucionarios que terminaron con los regímenes de propiedad social en la URSS y el Este europeo afectaron también al continente africano, cuyas experiencias de desarrollo autónomo entraron en rápido declive ante las acometidas del neocolonialismo.
El asesinato, en 1987, de Thomas Sankara, presidente revolucionario de Burkina Faso, puede considerarse como el pistoletazo de salida para un nuevo ciclo de expolio y opresión en África. La puesta en crisis de las ideas de desarrollo independiente y panafricanista debilitó la voluntad soberana de los jóvenes Estados africanos, cuyos dirigentes y sectores sociales más pudientes fueron incorporados a los mecanismos de predominio del capital multinacional sobre las frágiles economías africanas y sobre sus cuantiosos recursos naturales, recurriendo a frecuentes guerras para acelerar los procesos de desestructuración del incipiente poder estatal y para quebrar las resistencias ante las nuevas estrategias del imperialismo en África.
Durante este proceso, las disputas entre los imperialismos europeo y estadounidense no han cejado, estando en el trasfondo de guerras, golpes de Estado y enfrentamientos civiles cruentos, desestabilizando y debilitando las capacidades de las sociedades africanas para el control de sus propios procesos y forzando una imparable emigración.
Con el inicio del siglo XXI, una nueva potencia, China, protagoniza un proceso de inversiones e intercambio con numerosos países africanos, cuya consolidación cuestiona los intereses del imperialismo e irrumpe en la tensa disputa de áreas de influencia que libran las principales potencias, acelerada espectacularmente por la crisis mundial del capitalismo, que potencia al máximo las tendencias agresivas del imperialismo.
Recientes episodios, de diversa gravedad, ilustran la intensa actividad desestabilizadora en la que tienen sus manos metidas las potencias en disputa en países de peso estratégico en la amplia región sahariana y centroafricana. La agresión a Libia y eliminación de su régimen político y autoridades, la intromisión violenta en el rumbo político de Costa de Marfil, el aliento a la confrontación civil en Nigeria, la injerencia secesionista en Sudán, la ocupación militar de las aguas soberanas de Somalia o el golpe de Estado en Mauritania tienen el sello de la desestabilización inducida aprovechando las contradicciones internas de esos países.
Como parte de esa actividad y disputa, Estados Unidos, Francia, España y otros Estados instalan bases y destacan unidades militares en la región, sobresaliendo el andamiaje del AFRICOM. La emigración necesitada por la economía de la Unión Europea años atrás ha justificado el despliegue militar y policial -FRONTEX- que hoy adquiere toda su relevancia cuando se ultiman preparativos para el ataque de la OTAN, tras la oportuna ampliación operativa del no menos oportuno “terrorismo islamista”. Se demuestra que el Frontex no es una agencia para el control de las migraciones irregulares -como se pretende- sino parte del sistema de espionaje de una estrategia militar de agresión y/o ocupación.
En este contexto, el imperialismo está utilizando Canarias como pieza clave en el plan agresivo contra los pueblos africanos.
La reciente campaña periodística para preparar el pueblo canario para que acepte la agresión, sincronizada con la petición de Rajoy en la ONU de una intervención en Mali, saca a la superficie años de costosa planificación militarista, que incluye el concurso de las capacidades de las universidades canarias, la tapadera humanitaria de la base logística de la desacreditada ONU en el puerto de Las Palmas –bajo dirección efectiva de la injerencista USAID estadounidense- y la complicidad del gobierno de Paulino Rivero y José Miguel Pérez en la puesta en riesgo de la seguridad, la vida y la paz de la población canaria.
Los planes de la OTAN para hacer de Canarias un portaaviones natural y base logística de sus acciones imperialistas vienen de lejos. Varias generaciones del pueblo canario tienen la experiencia de oposición a dichos planes, con hechos tan relevantes como el rechazo a la pretendida base aeronaval de Arinaga y a la entrada del Estado Español en la OTAN, experiencia adquirida con la puesta en acción de un determinante movimiento social y de opinión, que neutralizó las acometidas propagandísticas, políticas y culturales del poder, lo que ha permitido una sostenida lucha contra la militarización del Archipiélago –Montaña de La Muda, Peñas del Chache, lanzadera y radar en El Hierro, por la recuperación del campo de tiro de Pájara, contra el uso militar de Los Rodeos o contra las maniobras militares.
Hoy, es preciso volver a tomar conciencia del carácter imperialista, contrario a la soberanía de los pueblos, de todo cuanto planea y hace la OTAN. Desde ese proceso de toma de conciencia, el PCPC llama al pueblo canario, a sus sectores más esclarecidos y organizados, a concertar acciones que dificulten los planes agresivos y rehagan el movimiento popular necesario para convertir a Canarias, definitivamente, en sólida plataforma de paz y relaciones internacionales mutuamente beneficiosas. Reclamamos, una vez más, un Estatuto de Neutralidad para Canarias.
El PCPC denuncia y se opone a los planes de inminente agresión a los pueblos de Mali y de países limítrofes.
El PCPC denuncia la fabricación de la “amenaza terrorista” para generar miedo en la población canaria y crear un estado de opinión favorable a la agresión militar. Preciso es recordar que el terrorismo que deben temer los pueblos es el de la OTAN, cuyos ejércitos y unidades mercenarias asesinan a cientos de miles de personas y destruyen países completos, como puede comprobarse en Irak, la exYugoslavia, Afganistán, Libia o Siria.
Hoy, volvamos a gritar: ¡OTAN fuera, que cojan la maleta!
Canarias, 03 de octubre de 2012
|
|
Tweet |
|