La calaña de los escándalos, de los sobres, del confeti, de los “regalitos”, de los banquetes pagados, de los trajes caros, de la gorda señorona emponzoñada, de los recortes salvajes, de las privatizaciones, del hambre y la miseria de nuestro pueblo, es culpable directa de la destrucción de la vega agrícola de Tamaraceite, a través de un proyecto altamente degradante, diseñado a la medida de especuladores “sobrecogidos” y con sus cuentas corrientes repletas de millones de dinero manchado de codicia y sangre obrera.

Basta con recorrer este patrimonio de nuestros ancestros para comprobar con mucha tristeza cómo la escoria urbanística lo ha destruido todo, dejando solo asfalto, escombros, cemento, muerte y desolación en un lugar donde hasta hace pocos meses había vida y esperanza.

Este es el interés que tienen por nuestro pueblo, por las personas que sufren sus depredadoras políticas, que sobreviven en condiciones lamentables mientras unos pocos sinvergüenzas se hacen millonarios.

Hace menos de 30 años trabajaban en la Vega de Atamarazayt más de 800 vecinos y vecinas de San Lorenzo y Tamaraceite, en un vergel de todo tipo de cultivos y estanques de barro de uno de los mejores suelos de Canarias, de los más productivos, bastando solo un poco de agua para generar frutos y alimentos para miles de familias.

En cambio el club de amigos y amiguitas del vergonzoso tesorero esquiador, fiel defensor del lujo desenfrenado, prefiere el cemento, los macro centros comerciales para beneficio de los de siempre, los que han sumido a nuestra tierra canaria en una de las más negras etapas de su historia, donde ya se están produciendo muertes por hambre silenciadas por la prensa, suicidios diarios de nuestros compatriotas, que se ahorcan o se lanzan al vacío desde los puentes. Personas desesperadas que no aguantan más tanta basura política, tanta mafia organizada, tantos robos y presiones.

Solo en el puente de Lomo Blanco, que atraviesa el Barranco de Guiniguada, se han suicidado lanzándose al vacío un número considerable de personas en los últimos meses, de las que tenemos contabilizadas por ahora 8 con residencia en Tamaraceite.

Este crimen de estado avanza en cada hogar desahuciado, en cada casa humilde y sin ingresos de ningún tipo, en padres y madres de familia que ya no saben que decirle a sus hijos, cuando los mandan al colegio por la mañana sin poder darles el desayuno.

Estos asesinatos tienen nombres y apellidos tanto de las víctimas como de los criminales que los están provocando.

La alternativa a esta gravísima situación para estos burgueses redomados es inundar de cemento y desolación nuestro pueblo, no moviendo un dedo para que toda esa inversión pública vaya para paliar el empobrecimiento, el desempleo, el desarraigo y el abandono de nuestros vecinos y vecinas de Tamaraceite-San Lorenzo-Tenoya.

La justicia histórica será inapelable con los culpables de este genocidio.

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