ALEXANDRA K.
Los barrios más marginales de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria se están convirtiendo en una Casbah al estilo argelino donde las fuerzas ocupantes de la policía nacional metropolitana no dejan de provocar follones y realizar “disparos al aire”. Hasta que algún joven le dé por volar, como en la época del siniestro Martín Villa.
El último incidente, en Las Rehoyas, es el tercero de este tipo en dos meses -tras los de Cruz de Piedra y Las Mesas-, y en él ha vuelto a reproducirse la indignación de unas personas en la miseria frente a la policía colonialista, que actúa siempre de la misma manera: a cachetadas y disparando.
Con el 34 por ciento de paro y el 70,3 de paro juvenil, Canarias es un auténtico polvorín. Pero en estos barrios-casbah, los porcentajes se disparan. Entrar en plan chulesco y prepotente no parce la medida más inteligente. No digo nada si cualquier día de estos hay un muerto.
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