ALEJANDRO NADAL
La economía mundial atraviesa por lo que
será la peor crisis en la historia del capitalismo. Las respuestas de
política macroeconómica para enfrentar esta crisis están equivocadas y
lo único que van a lograr es la intensificación del colapso y el dolor
de millones de personas.
Por el lado de la política fiscal, la
idea de que la austeridad permitirá sanear las finanzas, resolver el
problema de la deuda y activar el crecimiento no tiene sentido. Eso sólo
contribuye a castigar a una población. Pero ¿qué hay por el lado
monetario? Se ha hablado mucho sobre el papel del Banco Central Europeo,
en particular sobre la posibilidad de intervenciones directas en los
mercados de deuda soberana. Pero esa discusión oculta un tema medular:
¿de dónde salió el dinero que contribuyó a la gestación de la crisis?
Ésta es una pregunta que es necesario discutir.
En Europa la narrativa vulgar es que
durante años los pueblos virtuosos del norte europeo trabajaron y
ahorraron. Mientras tanto, los pueblos del sur vivieron por encima de
sus medios. Los pueblos del norte estuvieron prestando sus ahorros a los
pueblos del sur. Y ahora que éstos no pueden pagar sus deudas, les ha
llegado el momento de la austeridad y no quieren aceptarlo.
En la teoría macroeconómica convencional
existe un relato similar. En una economía hay agentes que ahorran, y
hay agentes que necesitan pedir prestado, por ejemplo para invertir en
una nueva empresa. Estos distintos agentes se encuentran en un mercado
de fondos prestables. Los bancos son instituciones que actúan de
intermediarios en ese mercado, recibiendo los depósitos de esos fondos y
ofreciéndolos en préstamo a través de sus operaciones de crédito. En
esa teoría la tasa de interés es el precio que permite equilibrar la
demanda y la oferta de fondos prestables.
Esa visión de las cosas es aceptada por
la mayor parte de la gente (y de los economistas). Pero está
profundamente equivocada. La realidad es que los bancos comerciales
privados realizan una operación de creación monetaria que nada tiene que
ver con la noción de los depósitos de fondos que han sido ahorrados con
anterioridad y que ahora son prestables.
Hoy los bancos otorgan préstamos cuando
hay una demanda de crédito que les ofrece suficientes garantías para
recuperar principal y obtener ganancias. Al realizar un préstamo, los
bancos abren una cuenta para el nuevo deudor, como sucedería si hubiera
realizado un depósito. En síntesis, los préstamos no necesitan un
depósito anterior. Como dice una fórmula de autores postkeynesianos, los
préstamos crean los depósitos.
Nótese que en la teoría de los fondos
prestables, los fondos depositados en un banco son la condición
necesaria para que el banco pueda hacer préstamos. La creación monetaria
por los bancos (cuando otorgan un crédito) no requiere de depósitos (ni
de ahorros). Aunque parezca increíble, los bancos crean dinero de la
nada y la cantidad que pueden crear ex nihilo depende de los
requerimientos legales de reservas que les impone la regulación
bancaria. Entre menos reservas legales, mayor apalancamiento y mayor
creación monetaria por parte de los bancos. Y también mayor
inestabilidad para el sistema bancario.
Desde esta perspectiva, es correcto
afirmar que los bancos no son intermediarios entre ahorro e inversión.
Surge ipso facto una pregunta: ¿por qué una función tan
importante como es la creación monetaria está en manos privadas? Esa
interrogante es crucial. La mayor parte de la población de cualquier
país probablemente se opondría a dejar una función tan importante en
manos de empresas que persiguen un lucro privado.
¿Cuál es la relación entre la función de
creación monetaria de los bancos y la crisis económica y financiera
global? La desregulación bancaria abrió nuevas puertas para que los
bancos entraran en operaciones cada vez más arriesgadas y especulativas.
La capacidad de creación monetaria y la eliminación de reglas para
operar en sectores especulativas fue una combinación explosiva. En
Estados Unidos y en Europa, las operaciones de los bancos contribuyeron a
incrementar artificialmente el precio de distintos activos, en especial
de los bienes raíces. Debido a la bursatilización y otras formas de
interdependencias en el sector financiero mundial, el colapso del
mercado de hipotecas chatarra en Estados Unidos desencadenó la crisis en
Europa. Se presentaron diversos mecanismos de transmisión, pero en
todos ellos la función de creación monetaria por parte de los bancos
comerciales desempeña un papel importante.
Mientras las raíces del colapso se
mantienen intocables, en Europa la crisis se fue transformando en un
problema de deuda soberana de varios países a los que ahora se imponen
planes de austeridad fiscal que los hundirán todavía más. Es claro que
el rechazo a ese castigo es justificado. Desde una perspectiva de
política, lo que urge es recuperar el control público y democrático de
la función de creación monetaria.
…
…
…
…
…
[Fuente:
La Jornada]
|
Tweet |
|