"Luego de nuestro anterior gobierno el Doctor Rodríguez nos acusó de haber emprendido proyectos faraónicos… Digo yo, ¿qué tiene de faraónico haber hecho construir esas tres magníficas pirámides?" (Les Luthiers, Vote a Ortega)

El Cabildo de Gran Canaria, a través de su presidente, Bravo de Laguna, y de su Consejero de Deportes (Bravo de Laguna hijo), montaron la semana pasada todo un show para apuntarse el tanto político de que en la Isla será "subsede" del campeonato mundial de baloncesto el próximo año. Y encima presumen de que la broma nos sale por 70 millones de euros, mientras nuestra gente se hunde cada vez más en la miseria, con un 35% de paro y los salarios un 18% más bajos que la media del territorio metropolitano, y cuando cada vez es mayor el número de nuestros niños que pasan hambre. Pero no un hambre metáfórica, aproximada, estadística, sino hambre de la de no desayunar, no almorzar y no cenar.

La celebración en la paupérrima Gran Canaria colonial de unos pocos partidos de baloncesto conlleva la construcción de un descomunal Pabellón de Deportes que nos costará 70 millones y parte del otro, y que quedará como un monumento erigido a la gloria y boato del PP, cuya utilidad posterior es más que discutible teniendo como se tiene un Centro Insular de Deportes que ya cubre sobradamente las necesidades deportivas del baloncesto insular (más los cuatro millones anuales que cuesta mantener un equipo en la ACB). Un megamarmotreto que no sólo va a costar decenas de millones de euros de las arcas públicas, sino cuyo mantenimiento, por mínimo que sea, nos va a seguir desangrando eternamente.

Claro que no sólo se trata del PP. PSOE, CC y Nueva Canarias votaron en su día de forma unánime el despilfarro. Y fue precisamente el entonces consejero de Deportes del Cabildo por esa última formación, Óscar Hernández (de la "progresista" Roque Aguayro) el que inició la megaobra y el hiperdespilfarro. El que en el referido show del jueves pasado aseguraba que "me siento orgullo y reconozco que me emocioné durante el acto". Sí, a nosotr@s también se nos saltan las lágrimas viendo como los recursos que se racanean en educación, en sanidad, en servicios sociales o en promoción de empleo, se arrojan al vertedero del "Mundobasket", auténtico "banco de sangre" de los vampiros de la FIBA.

Pero nada importa. La prensa burguesa gime de alegría y respalda, prietas las filas, una ocasión para llenar de dinero por publicidad oficial sus arcas menguantes. El argumento es tan falsario como viejo: el mundo va a oír hablar de Gran Canaria y eso nos va a traer más turismo, tour-operadores mediante. Ya se sabe: Canarias es una colonia hambrienta, pero prostituíble.

¿Y la izquierda? La "izquierda" –¿pero hay izquierda?– no sabe, no contesta.